Muchos esperan que ocurra algo, a que alguien aporte la solución mientras buscan, encuentran y linchan a los culpables; qué bien, eso es inmovilismo revolucionario. Montemos la revolución para seguir como estamos, defendamos nuestro status quo, como en la isla de Perejil.
Y los que sí cambian y lideran su propio futuro deben estar atentos para no dejarse arrastrar por tremendo tornado de despropósito.
Qué curioso, debemos temer a la inacción.
Qué curioso, debemos temer a la inacción.
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